Por: Bryan Orozco
Latinoamérica se goza por el comienzo de La Copa Mundial de Brasil 2014. Tres de los ocho equipos que han jugado en el inicio del Mundial Latinoamericanos (Brasil, México y Chile). Aunque los tres cayeron en victoria, esas victoria no llegaron fácilmente.
El jueves cuando Brasil jugó contra Croacia, la victoria fue de 3-1, pero la controversia no se hizo esperar. Además de tener a árbitros criticados por tener llamadas incorrectas, vimos una innovación de los jugadores, que en verdad no deberia estar en el juego de fútbol.
En Estados Unidos lo vemos en el basquetbol. Le llaman “flop” cuando un jugador se tira para agarrar una llamada de foul. En este partido de fútbol, fue el jugador Fred que se tiró en el área y causó un penal que Neymar, el héroe de Brazil, fácilmente anoto.
México también tuvo sus momentos de enojo. Este viernes cuando jugaron contra Camerún, los arbitros les “robaron” dos goles.
Giovani Dos Santos, un jugador que dicen que está jugando a su máxima potencia con El Tricolor, fue víctima de las banderas de FIFA. Llamándolo fuera de lugar cuando en verdad, y con el ojo de el mundo viendo, no estaba.
Pero ese enojo fue muy corto, porque México ganó el partido. Un partido que fue crucial para ellos y les aseguro un cuarto juego en El Mundial.
Chile no solo me sorprendió a mí, pero sorprendo a todo el mundo. Cuando gano 3-1 contra Australia, y aún teniendo un rival que no está al nivel de los otros equipos, Chile enseñó su pasión por el juego y que es una fuerza lista para ganar este Mundial.
Desafortunadamente, un equipo Latinoamericano va caer en derrotar, cuando este sábado Uruguay y Costa Rica jueguen su primer partido de El Mundial. Dos equipos Latinoamericanos, inevitablemente un ganador y un perdedor.
Lo que no se perdía, es la presencia Latinoamericana en este Mundial. Yo soy Mexicano y sueño de México es ganar La Copa, pero como latino, viendo el trofeo de la victoria regresar a Latinoamérica me hará feliz y con nueve paises en El Mundial, la posibilidad es mas alto que el Cristo Rendentor en Rio de Janeiro.
Latinoamérica se goza por el comienzo de La Copa Mundial de Brasil 2014. Tres de los ocho equipos que han jugado en el inicio del Mundial Latinoamericanos (Brasil, México y Chile). Aunque los tres cayeron en victoria, esas victoria no llegaron fácilmente.
El jueves cuando Brasil jugó contra Croacia, la victoria fue de 3-1, pero la controversia no se hizo esperar. Además de tener a árbitros criticados por tener llamadas incorrectas, vimos una innovación de los jugadores, que en verdad no deberia estar en el juego de fútbol.
En Estados Unidos lo vemos en el basquetbol. Le llaman “flop” cuando un jugador se tira para agarrar una llamada de foul. En este partido de fútbol, fue el jugador Fred que se tiró en el área y causó un penal que Neymar, el héroe de Brazil, fácilmente anoto.
México también tuvo sus momentos de enojo. Este viernes cuando jugaron contra Camerún, los arbitros les “robaron” dos goles.
Giovani Dos Santos, un jugador que dicen que está jugando a su máxima potencia con El Tricolor, fue víctima de las banderas de FIFA. Llamándolo fuera de lugar cuando en verdad, y con el ojo de el mundo viendo, no estaba.
Pero ese enojo fue muy corto, porque México ganó el partido. Un partido que fue crucial para ellos y les aseguro un cuarto juego en El Mundial.
Chile no solo me sorprendió a mí, pero sorprendo a todo el mundo. Cuando gano 3-1 contra Australia, y aún teniendo un rival que no está al nivel de los otros equipos, Chile enseñó su pasión por el juego y que es una fuerza lista para ganar este Mundial.
Desafortunadamente, un equipo Latinoamericano va caer en derrotar, cuando este sábado Uruguay y Costa Rica jueguen su primer partido de El Mundial. Dos equipos Latinoamericanos, inevitablemente un ganador y un perdedor.
Lo que no se perdía, es la presencia Latinoamericana en este Mundial. Yo soy Mexicano y sueño de México es ganar La Copa, pero como latino, viendo el trofeo de la victoria regresar a Latinoamérica me hará feliz y con nueve paises en El Mundial, la posibilidad es mas alto que el Cristo Rendentor en Rio de Janeiro.